En mi ejercicio por explorar literatura
infantil y juvenil, me encuentro leyendo el libro más reciente del maestro Luis Pescetti: “Nuestro Planeta, NATACHA” editado por @AlfaguaraMex. Además de ser un
libro divertido al cual quizá le dedique otro post para detallar mi opinión, cuenta con un sin fin de frases, lo que me lleva a no dejar pasar la oportunidad de compartirles un fragmento por
demás ingenuo y, por consiguiente, inteligente. Se trata de un ”microcuento”; entiéndase por éste un género literario narrativo que posee condiciones textuales para articular un lector competente, cuyo papel es reducir su plurisignificación. Sin dejar de lado que el maestro seguirá
siendo “Augusto Monterroso” con su dinosaurio y alguno que otro Twittero por
ahÃ, que logra hacer de este género una perfecta adaptación a las actuales
formas tecnológicas de comunicarnos.
Si un dÃa
es inevitable que haya que dejar la Tierra porque ya no sirve, vamos a tener
que subirnos a una nave onda el Arca de Noé pero moderna. ¿Van a ser varias
naves?
¿Va a
haber lugar para todos?
¿Van a
subir los papás que pueden hacer nuevas familias o van a subir los niños, que
nos queda más de vida pero todavÃa no sabemos todo?
¿Van a
subir más humanos que animales?
¿Van a
subir todos los humanos que se puedan y van a hacer bajar a los animales, asÃ
dejan más espacio?
¿Se va a
armar una guerra entre los que quieran subir y los que no caben?
¿Van a subir
los que sean mejores personas o los que peleen más fuerte y empujen a los demás
para que se caigan de la nave?
El paÃs
que inventó la nave: ¿la va a compartir con los otros paÃses o que se hagan
bolas?
Nota: ¿Alguien
me podrÃa explicar la pregunta que distingue entre subir a los
animales y a los humanos? ¿Qué no es lo mismo?
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